Hacia dónde va la industria de eventos y turismo MICE con la difícil situación que estamos atravesando
En mi opinión vamos hacia una nueva industria que se ha equipado durante la pandemia de nuevas herramientas para cumplir de manera aún más eficaz y eficiente sus objetivos. Estos no han cambiado: siguen siendo generar las situaciones propicias para que se comparta el conocimiento, se establezcan relaciones profesionales, se forme y motive a equipos, se presenten productos y servicios… en definitiva, todo lo que está detrás de los congresos, ferias, convenciones, viajes de incentivo y eventos de las diferentes entidades y marcas.
Diría que los horizontes de nuestra industria se han visto ampliados con la adopción de nuevos formatos, tanto presenciales como virtuales e híbridos; nuevas estrategias para crear un contenido más atractivo y que deje huella, además de premisas que pueden hacer de cualquier operación MICE una aportación a la sostenibilidad, el compromiso social y medioambiental y el desarrollo responsable.
Como medio de comunicación hemos podido comprobar la resiliencia de un sector que sale de esta crisis revitalizado y modernizado. Eso sí, no debemos olvidar que ese cliente al que tanto se ha echado de menos, esos grupos que colman las necesidades en temporadas de menos afluencia, esos viajes que significan una recompensa tanto para quienes los organizan como para quienes los viven… son de nuevo una realidad en la que hay que mimar a las personas y ofrecer el servicio más excelente posible. No debemos caer en el error de querer borrar las huellas de la crisis, sino que debemos aprovechar como industria esta oportunidad para construir sobre ellas un camino más sólido hacia una recuperación en la que los buenos resultados impliquen tanto a las personas como a los balances.
No hay que olvidar que el sufrimiento, en mayor o menor medida, ha formado parte de nuestras vidas en estos últimos meses. Y tenemos la suerte de formar parte de una industria que puede fácilmente devolver la alegría y la motivación. Solo necesitamos algo que dominamos cuando nos lo proponemos: hacer las cosas bien.