

Saber que formas parte de algo más grande que tú
“Para aquellos que peinamos canas, hemos de remontarnos en el conocido estilo de “Abuelo cebolleta” al siglo pasado para encontrar una Asociación relacionada con eventos. La primera fue MPI pero que estaba constituida por una amalgama de profesionales de MICE o pensada para personas, no para empresas. En el año 2000 se creó la primera asociación de eventos que se llamaba Asociación Española de Empresas de Servicios para Eventos (AEESE) y que nació incorporando a todas las empresas locas, que entonces nos dedicábamos a “eso de eventos corporativos” y que quizás no sobrevivió porque bajo ese paraguas estábamos además de unas pocas agencias, todo tipo de proveedores reaccionados con lo que hoy hemos llamado MICE, así que la primera asociación de agencias, tendría que esperar a que Fermín Pérez nos llamase por teléfono a varios empresarios para en un café, hablar del “intrusismo del sector” y aquello desembocara el 2008 en el primer intento de asociarse entre agencias que llamaríamos «El club para la excelencia en eventos» donde ya apareció una imprescindible figura del sector, Beatriz González-Quevedo, para capitanearnos, en aquel gallinero de peleones gallos, donde yo tuve el honor de ser su primer presidente. Mas tarde mi admirado y valeroso Darío Regattieri se echó la responsabilidad encima, dándose cuenta que el sector había crecido y que necesitábamos la fuerza de ser más y puso todos los recursos necesarios para poder constituir legalmente AEVEA y dar cabida a todas las agencias y establecer los primeros códigos. Hoy AEVEA ya tiene 10 años, ha creado un convenio, unos premios propios, realizado infinidad de formaciones y ha conseguido lo que inició el espíritu de “Fermín” y es que además de ser competidores en el terreno de juego seamos colaboradores, amigos, compañeros, y defensores de nuestros negocios y nuestra industria desde la unión.
Así que cuando hablo de orgullo de pertenencia, no hablo de un orgullo vacío, automático, como el que se expresa con un logo en una web o una frase de cortesía. Hablo de ese orgullo que nace de saber que formas parte de algo más grande que tú. De una comunidad profesional que no solo comparte un oficio, sino que colaboran, se respetan, se ayudan y no solo miran a su negocio, también comparten una visión y unos principios.
En un sector como el nuestro, tan expuesto al brillo como a la precariedad, es fácil olvidar que la verdadera fortaleza no está en competir sin tregua, sino en construir juntos. AEVEA no es solo unas siglas. Es una forma de entender esta profesión. De darle dignidad. De proteger su valor. Y también de protegernos entre nosotros.
Pertenecer a AEVEA implica sentir que no estás solo, cuando decides hacer las cosas bien. Que hay otros —muchos otros— que también creen que el camino hacia un sector más justo, más sólido, más creativo no puede hacerse a cualquier precio. Que la profesionalidad se defiende con hechos, y también con límites. Con compromiso. Con coherencia y con principios.
Ese orgullo del que hablo no se impone, se gana. Se construye a base de decisiones pequeñas y grandes, a veces fáciles y otras muy incómodas. Pero siempre necesarias. Porque una asociación no es una estructura, es un espejo de quienes la formamos.
Desde beon, ese orgullo lo sentimos cada vez que nos reunimos con otros socios y vemos en sus ojos la misma pasión por este trabajo. Lo sentimos cuando compartimos aprendizajes, retos, avances. Y también cuando asumimos compromisos que, aunque no siempre sean fáciles, sí nos recuerdan quiénes somos y por qué estamos aquí.
Estamos en AEVEA para hacer más grande nuestro sector en base a unos principios que nos hemos dado y en un entorno que nos permite dialogar, evolucionar, disfrutar, compartir y visibilizar lo que hacemos construyendo un futuro más sólido para todos.
Pertenecer a AEVEA, no es solo un privilegio, es un compromiso.
