Reconocimiento, problemática y claves para la mejora de la industria española de los eventos.
“AEVEA ha empezado como un tiro, pero no puede levantar el pedal, ya que queda mucho por hacer”, Ander Bilbao, CEO de Sörensen.
A diferencia de la publicidad o el cine, los eventos carecen de una articulación legal y reglamentaria homologada. Aspectos tan importantes como la seguridad y la protección de las creatividades adolecen de un tratamiento jurídico a la altura de la importancia de una actividad que mueve 7.000 millones de euros al año en nuestro país.
Mar García, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Desarrollo de Experiencia de Cliente (DEC) y Directora de Grass Roots España, señaló que “el evento es una ocasión inmejorable para generar en nuestro público vivencias memorables con impacto duradero y una asociación positiva hacia la marca que la ha generado”. Las empresas líderes saben bien esto, e integran diferentes tipologías de eventos en sus estrategias de comunicación externa e interna.
“Queremos eventos alineados totalmente con el mensaje de nuestra marca. Al cabo del año interactuamos con diferentes agencias para diferentes tipos de eventos, pero a todas les exigimos que incorporen nuestro mensaje en el ADN de sus propuestas” -explicó Rubén Valverde, Head of Marketing Communications de Siemens.
Jorge de Toro, Director General de la agencia Planta 18, miembro de AEVEA, subrayó que “necesitamos sentirnos protegidos, desarrollar nuestro trabajo sin miedo a que nos roben las ideas, y saber que hay honestidad en los concursos, no ejecutar proyectos de otros… queda un largo camino por recorrer, una parte del cual compete a los clientes y otra a las agencias. AEVEA está haciendo una gran labor en ese sentido.”
Darío Regattieri, presidente de AEVEA, había comentado previamente en las palabras de bienvenida que “hace un año, cuando creamos AEVEA, muchos de nosotros ni siquiera nos conocíamos personalmente. Competíamos, como lo seguiremos haciendo, por ganar concursos y clientes, pero vivíamos de espaldas unos a otros. Ahora estamos todos aquí juntos porque más allá de la competencia tenemos intereses comunes y queremos establecer las reglas de juego de nuestra industria”.
La demanda de eventos aumenta, como elemento clave en la estrategia Marcom (marketing y comunicación) de las empresas. Por ello, la profesión de organizador de eventos es uno de los perfiles profesionales con mayor proyección para los próximos diez años, según la consultora estadounidense CareerCast. En España, escuelas como ESODE (Escuela Superior de Organizadores de Eventos), ISEMCO (International School of Event and Management Communication) o el Event Management Institute se ocupan de formar a los profesionales de esta industria. Conocimientos de producción técnica, audiovisual, y logística; capacidad de diseño; gestión de proyectos; patrimonio cultural, cuestiones legales… es una formación integral que tiene cada vez más demanda tanto de estudiantes como de la propia industria.
Sin embargo, “la profesión de eventos no está reconocida como tal en el mercado de trabajo. Es necesario dignificarla, hacerla valer, mostrar la importancia que tiene en la actividad económica del país” -indicó durante el debate Juan L. Sierra, Jefe de Protocolo y RR. PP. de la Armada. Remarcó que el protocolo es uno de los instrumentos fundamentales de la orquesta para diseñar, conducir y coordinar los eventos y sin él la mayoría serían caóticos.
Jaime de Haro, director de IP Mark y moderador de la mesa apuntó que aún sin titulaciones oficiales, “en España tenemos profesionales punteros en Europa y el mundo. AEVEA está haciendo la labor de unir a las agencias buscando lo que las une más que lo que las separa. Esto ayuda mucho a la industria.”
Esta fue quizás la conclusión más consensuada, formulada por Ander Bilbao, CEO de Sörensen: “tiene que haber entendimiento sobre buenas prácticas en muchos aspectos de los eventos: responsabilidad social, honorarios, compras, creatividad… en todos los aspectos de la industria. AEVEA ha empezado como un tiro, pero no puede levantar el pedal, ya que queda mucho por hacer.