Un Convenio Colectivo para el Sector de las Empresas Organizadoras de Eventos

A nadie se le escapa el importante desarrollo que ha tenido el sector de las empresas organizadoras de eventos en las últimas décadas, convirtiéndose en un sector relevante en el panorama económico actual.

El meteórico ascenso del que disfrutaba el sector tuvo un momento de absoluta catarsis, el Covid-19, que golpeó, si cabe, con más fuerza a este sector, en donde la cercanía y el sorprender se vuelven pilares necesarios para su éxito.

Indudablemente la crisis pandémica sumergió al sector en una profunda reflexión y en la necesaria defensa de su identidad y hoy, podemos asegurar, que estamos ante un sector maduro, profesionalizado, consciente de su identidad y preparado para afrontar los retos del presente y el futuro.

El sector actualmente emplea a miles de trabajadores y genera un importante volumen de negocio directo e indirecto, pero no hay que olvidar que las características particulares del sector, las exigencias derivadas de la preparación y organización de los eventos y la absoluta obsesión con el éxito del evento, convierten, en una auténtica necesidad, el poder contar con un marco laboral que se adecúe a sus particularidades y fije las reglas básicas del juego en el plano laboral. Y es ahí, donde un convenio colectivo de sector se convierte en la herramienta idónea.

Podríamos definir el convenio colectivo de sector como el instrumento que refleja la expresión del libre acuerdo adoptado entre los empresarios y los sindicatos en un concreto sector, regulando las condiciones de trabajo, productividad y la paz laboral a través de las obligaciones y derechos que se plasman por las partes que lo suscriben.

Las ventajas que ofrece un convenio colectivo de sector son indiscutibles. Como primera y principal, permite regular las especialidades del sector, adecuando las condiciones laborales a la realidad de la actividad y ello en asuntos tanto importantes, como la jornada, los descansos, el salario, etc. Es innegable que contar con un convenio sectorial que permita adaptar la jornada a los desafíos que presente cualquier evento es algo primordial para las empresas.

Por otro lado, contar con un marco jurídico único, permite que todos los agentes del sector operen en base a las mismas reglas, favoreciendo una competitividad sana y equilibrada entre las empresas. Además, ayuda a justificar y normalizar las propuestas de valor de las empresas a los clientes.

Finalmente, no debemos perder de vista que, aunque la identidad de un sector y su idiosincrasia se miden en virtud de muchos parámetros, un convenio de sector sin duda supone un hito relevante que otorga la necesaria individualidad que exige y merece un sector tan dinámico y vibrante como el de las empresas organizadoras de eventos.

Contenido patrocinado